domingo, 13 de marzo de 2011

Árbol partido

No sé quién eres, y te juro que no tengo ningún deseo de conocerte. Estoy seguro de que no me aportarías nada.

Te considerarás muy valiente por lo que has hecho. A lo mejor tus amiguetes te rieron la gracia, a lo mejor venías de fiesta solo, aún de "subidón, subidón", y te pareció buena idea cargarte un árbol.

Mira majete. Supongo que el día que explicaron en tu clase para qué sirven los árboles tú estabas de pellas, porque ya lo sabías todo.

Ojalá nunca te haga falta el oxígeno que ese árbol iba a dar. Y ojalá no te encuentres nunca con alguien más gracioso que tú, que en vez de romper árboles decida partirte el espinazo, así, ya sabes, de "subidón, subidón".